how each of us decides
i've never been sure
the part we play
the way we are
how each of us denies any other way in the world
why each of us must choose
i've never understood
one special friend
one true love
why each of us must lose everyone else in the world
however unsure
however unwise
day after day play out our lives
however confused
pretending to know to the end
but this isn't truth this isn't right
this isn't love this isn't life this isn't real
this is a lie
- "This Is A Lie", The Cure
i've never been sure
the part we play
the way we are
how each of us denies any other way in the world
why each of us must choose
i've never understood
one special friend
one true love
why each of us must lose everyone else in the world
however unsure
however unwise
day after day play out our lives
however confused
pretending to know to the end
but this isn't truth this isn't right
this isn't love this isn't life this isn't real
this is a lie
- "This Is A Lie", The Cure
Leí por ahí que el sol sigue saliendo, inmutable...
Mil blogs se abren, cien blogs se cierran y el mío quiere ponerse en "stand by".
Mucho medité estas últimas noches acerca de las cosas más profundas del Cosmos.
Por momentos me sentí tentado a levantarme en lo inhóspito de la madrugada a beberme de un sorbo la botella esa que hace tiempo dejamos por la mitad, pero no. Simplemente me senté durante horas frente al papel de bits debatiéndome en una encrujada literaria. Dudando entre escribir la historia, las desopilantes desventuras de Harry Plotter, el joven empleado de la imprenta que gracias a algún tipo de magia mantenía a toda su paupérrima familia hasta fin de mes. O bien, dejar por escrito las temibles y desaconsejables consecuencias de alinearse al creciente paganismo. Nicolás Pagani, su fundador, es un personaje sin escrúpulos.
Me compré una hermosa ventana, con vidrios llenos de gotitas de lluvia.
La llevé conmigo a todos lados... Adoré observar a la gente, viéndolos enpequeñecerse vilmente en sus rutinas, tan alejados de la visión global como cuando le pegué piñas a la pared al saber que alguien no me amaba.
Antes de perder para siempre a mi ventana (sí, un camionero que olvidó lo "entrópicos" que suelen ser los cristales, la hizo añicos con el espejo retrovisor) ví el egoísmo y la pasión por lo inútil, la furia y el olvido, la vanagloria y el dolor.
Hablando de furia... ya destruí el tubo del televisor, estaba harto de ciertos programas. Lo vacié de astillas de vidrios, cables y circuitos y en esa caja hermosa coloqué a 12 hamsters para observar, analizar y cuestionar su comportamiento en ese espacio de convivencia.
Y bueno, si este post no es lo que esperabas encontrar, si al abrir este freezer sólo encontrás hamburguesas con sabor a decepción, no pienses que soy yo. Más bien dejame que te diga en un intento por defenderme que todos alguna que otra vez hemos quedado atrapados en la pared, acompañando al resto de los ladrillos.
Recuerden que cuando le preguntaron al pobre docente, que cargaba con su bajo salario, la ferocidad de sus alumnos y la desconfianza de los padres: "Maestro, cuál es la Verdad?" él, con toda la sabiduría que se le puede pedir a alguien que usa tizas en pleno siglo XXI, contestó: "La verdad es... que no tenemos mucho tiempo".