Lo suficientemente invisible como para pasar inadvertido;
lo suficientemente visible como para no tener donde esconderme

24 nov 2006

El planeta azul


"El progreso fue un fracaso, fue un suicidio…
La ansiada prosperidad, fue el más pesado vagón.
Para qué un juicio final, si ya, estamos deshechos
una explosión natural, hará una gran selección."
- "Madre hay una sola", Bersuit Vergarabat

Qucmi se dispuso a comenzar la lectura en el colorido dormitorio de sus hijos. Dos de ellos, Nuvz y Námepu, se preparaban -siguiendo la tradición de los Ipul- a oir un cuento al acostarse, antes de dormir. Esta costumbre era especialmente respetada las noches de dos lunas, cuando Noh y Tfogg brillaban entre las estrellas.
Por tercera vez habían elegido de común acuerdo un clásico: "El planeta azul", un viejo relato verídico inmortalizado por antiguos Uvsis Observadores en alguno de sus viajes por los suburbios de la galaxia.
La literatura infantil Ipul estaba repleta de relatos para nada inocentes, sino más bien de una crudeza impactante. Ellos consideraban muy positivo que los pequeños se fueran preparando para la dureza que en la vida adulta los esperaba.
Esa noche, en el silencio de aquel cálido hogar subterráneo, el texto y la buena dicción de Qucmi los transportaría una vez más mágicamente en el espacio y el tiempo...

Había una vez, hace muchas eras, un planeta azul y luminoso, el tercero de un sistema con un sol.
Era un sitio agradablemente cálido, donde las moléculas se combinaban sin descanso. Desbordante de vida y sonidos. En él convivían infinidad de especies, tantas que no se podían contar ni clasificar todas. Las había de las formas, tamaños y colores más variados. Multiplicándose, matando, muriendo, adaptándose... compitiendo en la carrera libre de la evolución.
De entre todas ellas surgió una especie dominante, de naturaleza distinta, la cumbre de la evolución. Se trataba de unos seres bípedos que se autoproclamaron Amos del mundo. Una raza arrogante y despiadada que fundando sus argumentos en su aparente capacidad inventiva y en su inteligencia impuso sus ideas y dominó al resto. Así su mano prensil, la herramienta más versátil jamás vista por esos cuadrantes, obedeció los mandatos de una mente prodigiosamente necia y con una ambición voraz que no tenía límites.
Poco a poco fueron extendiéndose y ocupando toda la superficie que les fue posible. Con el más absoluto desprecio desplazaron no sólo a otras especies de su hábitat sino a sus mismos pares enfrentándose en interminables luchas territoriales para las cuales desarrollaban dispositivos y artefactos cada vez más destructivos.
Elaboraron un macabro sistema llamado civilización mediante el cual consumían todos los recursos naturales posibles o los transformaban en elementos nocivos sin considerar nunca que no había forma de generar el proceso inverso.
Definitivamente se encaminaron en un sendero de ida, sin retorno.
Cada día que pasaba su planeta estaba más contaminado, castigado, sucio y tóxico y ellos en su ceguera le llamaban "progreso". Por si fuera poco, el mal llamado "progreso" solamente implicaba placeres y comfort para una -cada vez más reducida- minoría mientras la gran mayoría vivía de los desechos.
Los miembros de esta raza "superior" se quitaban la vida, individual y colectivamente, en un acto repentino o en forma de un largo proceso de envenenamiento, contradiciendo el más básico principio de supervivencia que rigió a la evolución de su ecosistemas.

La pequeña Námepu, que a estas alturas seguía atentamente la historia y estaba lejos de conciliar el sueño acotó:
-Puede llamarse evolución a ese largo proceso que desembocó en una raza semejante?
-Mmmmhhh... -reaccionó el padre-. Muchos se han hecho la misma pregunta. Muchos sabios ya lo han debatido hasta el cansancio...
Dijo esto y se detuvo pensativo un instante.
-Los Uvsis mienten -reaccionó Nuvz-. Esos Observadores falsearon los escritos. No hay otra explicación.
-Explicación?
-Claro, me resulta inaceptable que una especie tan imbécil sea la "cumbre de la evolución" de millones de años.
-Sí... -respondió Qucmi todavía sumido en profundidades cerebrales.
-Sin dudas los humanos no eran inteligentes, eran unos completos idiotas.
-Tal vez sí lo eran -dijo Námepu-. Tal vez el problema radicaba en que su egoísmo era aún mayor que su inteligencia. De qué sirve una excelente visión en medio de la niebla espesa de Mifsat?
El ejemplo de Námepu los dejó en silencio.
Qucmi sintió nostalgia, mucha nostalgia. Al parecer el tiempo aún no había enterrado el pasado tan lejano.
-Bueno, a dormir ahora que es tarde -reaccionó Qucmi de repente-. Mañana les seguiré contando.

11 comentarios:

microcosmos dijo...

my bradbury te nos pusiste!

dos cosas me llaman la atención: "el egoísmo era aún mayor que su inteligencia". touché

y, segundo, que la evolución se relaciona con adquirir conciencia.
en el cuento que Qucmi lee a su hijos ésta relación estaría ausente; y la nostalgia que siente, sugiere que esa idea la reivindica... un Ipul antes humano, o algo así.

Chiru dijo...

y es fotogénico el guacho, una gran bola de agua y tierra... maravilloso, como el relato... sombrío, como el futuro del globo

microcosmos dijo...

la tierra tiene fiebre
necesita medicina
y un poquito de amor que le cure
la penita que tiene..

la tierra tiene fiebre
tiembla, llora, se duele
del dolor más doloroso
y es que piensa que ya no la quieren

y es que no hay respeto...

Chirli dijo...

Quiero segunda parte.

besos

Anónimo dijo...

queda feo decir que tengo sueño no?
es que me quedé enganchada con el bedtime story...
y me quedo con la frase de micro, sos un egoista.
no era eso?
cierto, lo somos todos.
:)

mi otro yo dijo...

Y la segunda parte que onda, cuando viene?
El egoismo es como un pilarcito en donde todos nos apoyamos siempre o casi siempre.

Te dejo un beso

Principito dijo...

microcosmos: Eso de Bradbury me halaga sobremanera. Gracias editora ;)

chirusa: Gracias. No sé que haremos con esta pelota tan hermosa que cayó en manos de estos desquiciados llamados humanos.

chirli: Tal vez.

deapoco: Ey, no se duerma que el planeta la necesita (?)

mi otro yo: Gracias.

SEGURAMENTE HABRÄ 2da parte pero no prometo nada.

microcosmos dijo...

pero no es un comentario de editora, eh? porque leerte objetivamente, ya no puedo :P

Anónimo dijo...

Excelente. por momentos me recuerda a Ursula K. Leguin resumido. me gusto mucho.

Si bien hay un detalle, quizas quienes leyeron algo de Douglas Addams saben bien que el ser humano en realidad es la 3er especie en inteligencia, primero estan las ratas, y despues los delfines, recien despues los humanos.

Ahora en cuanto al lo del egoismo, estoy totalmente de acuerdo, funciona asi, el otro gran problema es la comodidad, aunque tiendo a pensar que esta no es mas que una extension de la primera, pero seguro que el egoismo y la comodidad son los problemas mas grandes. Tanto es asi que estabamos hablando una vuelta con un compañero de trabajo, y le comentaba justamente eso (el egoismo y la comodidad son los mas grandes males de la humanidad), pero me hizo un comentario que no pude (incluso bastante tiempo despues) rebatir, que egoismo hay en p.ej los bomberos voluntarios, o en los soldados que van a la guerra, o en las personas que hacen misiones humanitarias. supongo que son un porcentaje menor. quizas mi error fundamental era pensar que el ser humano por definicion es egoista y comodo, quizas solo seamos asi una gran cantidad. no lo se en realidad, quizas necesite mas tiempo para darme cuenta.

Principito dijo...

Gracias amigo diten por comentar tan acertadamente y por los elogios demasiado generosos.

No toda la humanidad es egoísta, seguramente una partecita no.

Principito dijo...

microcosmos: Lo sé. :)