And if a double-decker bus
Crashes into us
To die by your side
Is such a heavenly way to die
And if a ten-ton truck
Kills the both of us
To die by your side
Well, the pleasure - the privilege is mine
- "There is a light that never goes out", The Smiths
Crashes into us
To die by your side
Is such a heavenly way to die
And if a ten-ton truck
Kills the both of us
To die by your side
Well, the pleasure - the privilege is mine
- "There is a light that never goes out", The Smiths
La sala estaba llena.
El juez, levemente inclinado sobre su izquierda, seguía con suma atención el relato del principal testigo en la causa. Y, mientras jugueteaba con sus dedos sobre el informe de la autopsia, lo escuchaba.
Damián Pizzini contaba con mucha calma lo sucedido ese día.
El acusado, Jorge Laplacca, técnico radiólogo de la Clínica Santa Rina, se movía inquieto en su silla ubicada junto a su imperturbable abogada.
El informe del forense había sido categórico: la víctima, un joven de 26 años llamado Luis Alberto Sorno, había sufrido una insuficiencia respiratoria que le provocó la muerte por asfixia.
Una mañana de abril Luis había llegado a la Clínica para realizarse una radiografía de tórax. Damián, quien aseguró que nunca antes lo había visto en su vida, esperaba su turno en un pasillo antes de entrar a la sala de Rayos X. El señor Sorno había ingresado y Damián era el siguiente.
Que pasó en ese momento? Aún no se había develado el misterio.
Minutos después el cuerpo sin vida de Sorno yacía boca abajo y con el torso desnudo en el suelo de la sala de rayos X.
Las causas que provocaron el deceso de Luis Sorno no estaban claras y, sin lugar a dudas, el testimonio de Damián sería esclarecedor. Terminaría con las conjeturas.
-Usted asegura haber escuchado al radiólogo claramente?
-Si, la puerta de la sala de rayos había quedado entreabierta cuando entró el señor Sorno -dijo el testigo.
-Puede decirnos claramente que fue lo que escuchó luego de que la víctima ingresara? -pidió el juez.
-Si, escuché al médico decir "No, no hacía falta que se quite la remera... bueno está bien". Después dijo "Párese aquí...". Después dijo "asi... los hombros hacia atrás..." y después dijo como desde lejos "Ahi vamos... aguante la respiración hasta que yo le diga". Ahí fue cuando por los parlantes llamaron al médico y salió apurado sin decir nada.
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