-Hola -atendió el teléfono la robusta rubia del 3ro. G.
-Ho...ho...hola... Carmen? -dijo timidamente Hugo.- Mirá te habla Hugo, el vecino del 5to B.
-Ah... que tal... -dijo con desgano Carmen.
-Mirá te parecerá raro mi llamado pero... eeeee... no sé como empezar... Viste que cada uno tiene su perversión...
-Eh?
-..y la mia ha sido por años espiar... "voyeurismo" que le dicen.
CLAC....
TUUU...TUUUU...TUUUU....
-Hola -atendió de nuevo la mujer.
-Por favor... no me cortes! -suplicó Hugo.- Mirá... no es una joda... Te estoy hablando en serio... El tema es que ayer al salir del departamento de Armando, tu vecino de enfrente, me quedé mirando por el ojo de tu cerradura y no podía creer lo que veía.
-De que habla?
-Un frío terrible salía de tu depto. Me irritaba la vista el viento frío y la luz. Y vi la nieve!!!... y pinos a lo lejos... y escuché muchas voces... y vi a un par que pasaron esquiando!!! Imaginate... yo no entendía nada! Encima bajé al parque y miré tus ventanas y todas estaban totoalmente cerradas!
-Se lo voy a decir una sola vez: -dijo Carmen en tono amenazante- si yo lo veo espiando en mi puerta o mi ventana le aseguro que lo denuncio a la policía.
Carmen cortó sin darle a Hugo la posibilidad de agregar algo más.
Hugo se sintió un tonto y a partir de ese día trato de esquivar a su vecina por vergüenza. No le dijo nada más aunque la angustia lo estaba matando. "Me estaré volviendo loco?" pensaba a cada instante. Sentía la irresistible tentación de ir a espiar nuevamente pero el miedo de que alguien lo viera lo mantenía distante. Al final lo tomó como un inexplicable ataque de locura, una especie de "insolación" repentina y decidió que un profesional de la medicina y la neurología podría ayudarlo. Ya estaba resignado en ese aspecto hasta que recibió la factura telefónica y comprobó con espanto que había efectuado 2 llamadas de larga distancia a Suiza, más precisamente a un centro turístico de esquí en los Alpes.
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