Con el alma en las manos
tratando de descubrir
¿que será de nuestro cuerpo alado?
- "Será", Las Pelotas
tratando de descubrir
¿que será de nuestro cuerpo alado?
- "Será", Las Pelotas
En los acantilados de mi mente... me detengo.
He cortado los hilos de algún monstruo titiritero pero aún me enriedo en ellos.
En los acantilados de mi mente... suelto unos instantes la pesada y vieja valija polvorienta que -encadenada a mis manos- arrastro, cargada de recuerdos y silencios mal doblados.
En los acantilados de mi mente... siento el vértigo. Miro el mar azul profundo, miro las aves libres haciendo surcos en el cielo. Miro hacia abajo y me mareo. Y veo la playa de mi niñez. Mis garabatos en la arena que, muy a mi pesar, el viento y el agua han ido borrando.
En los acantilados de mi mente... lamo mis heridas del desierto mientras descubro figuras nuevas en nubes viejas.
En los acantilados de mi mente... grito. Grito muy fuerte y no hay eco. Solo viento.
En los acantilados de mi mente... las noches son más oscuras que el vacío y los días más brillantes que mil soles.
En los acantilados de mi mente... mis pies se descalzan. Cierro los ojos para sentir aún más el murmullo eterno de las olas. Y recuerdo mis filosas rocas con aristas de convicciones cortantes. Las mareas del Tiempo las han horadado, redondeado, haciéndolas semejantes a muchas otras.
En los acantilados de mi mente... percibo la vida! Como sea que me ha tocado, definitivamente bella, definitivamente única, sublime y llena de música.
En los acantilados de mi mente... me detengo. No me arrojo ni me caigo. Que nadie tema. En el borde, a veces caminando, a veces descansando, espero que éstas cadenas se pudran, que se terminen de oxidar y que mis alas y mi coraje crezcan. Ese día se verá mi sombra acariciando las olas. Ese día habré emprendido el vuelo.
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