Lo suficientemente invisible como para pasar inadvertido;
lo suficientemente visible como para no tener donde esconderme

14 oct 2005

Idolo al volante

-Está bien, espero -le dije a la mujer de la agencia que me había advertido que si quería un remis tendría que aguardar más o menos 10 minutos. Tomé asiento en una precaria banqueta de plástico y mi mente empezó a jugar con el cartel escrito con birome que anunciaba en la vidriera: "NESECITO AUTO".
-Disculpe pero es al revés! -le dije a la mujer en cuánto ví que se desocupaba del teléfono.
-Es que los de afuera son los que lo tienen que ver -me dijo en el mismo tono que usan las maestras al explicar por ejemplo como Colón paró el huevo.
-No no. Digo que primero va "c" y después "s".
-Ah si? -miró el cartel y meditó 5 segundos hasta que siguió- Ta bien... Total... mientras se entienda...

Después de un rato, que superé entretenido con las conversaciones que entablaban la mujer, a la que llamaban Martita, y los conductores de los "móviles", un hombre de alrededor de 45 años ingresó en la agencia.
Su rostro me parecía de lo más familiar pero -como siempre me sucede- no recordé de dónde lo conocía.
-Martitaaaa... cómo va?
-Mete, lo llevás al muchacho?
-Oka Martitaaa.
El tipo como entró salió de la agencia y se dirigió al auto sin ni siquiera mirarme.
Me puse de pié y lo seguí. Lo primero que me llamó la atención era el llavero que asomaba de uno de de sus bolsillo. Muy grande, blanco con una "M" roja.

El auto al que estabamos por subir era un Dacia bastante destartalado. (Un Dacia... si. Esos que de muy lejos parecen un Renault 12).
-No, subí por este lado que esa puerta de afuera no abre -me dijo. Y ahí, en esa mirada que me arrojó descubrí quien era. Esos ojos grandes y redondos inconfundibles... No lo podía creer! Mi remisero era ni más ni menos que el genial Meteoro. Bastante avejentado y con unos cuántos kilitos de más, claro, pero con la misma expresión de siempre en el rostro.
Me puse muy nervioso y traté de mantener la calma. Mi ídolo de la niñez! Tantas horas frente al televisor viéndolo correr!!! Y allí estaba él, a punto de hacerme de chofer!
-Perdón pero... -comencé titubeando una vez acomodado en el auto y en cuánto se puso en marcha- usted es...
-Meteoro, sí. -me dijo con bastante desinterés.
-Pero... uhhhhhh.... eeeee.... no lo puedo creer!!! Es... eeee.... digo.... era mi ídolo cuando era chiquito! -confesé anonadado.
-Seeee. -me dijo.
-Pero qué hace de remisero??? Y qué hacemos en un Dacia??? Dónde está el Mach 5???
-Uhhh... eso era un barco, no un auto! -su tono de voz era pausado, como cansado. Imaginé que el pobre Meteoro estaría ya harto de explicar mil veces lo mismo- En la época de "Chupete" me quedé en la calle, me echaron de la sandwichería y lo tuve que vender. Me comía vivo esa bestia... motor V-8!
-Claro -dije automáticamente mientras mi mente no salía de su asombro.- Y Chispas?
-A qué calle me dijiste que ibas? -retrucó demostrando que no quería hablar mucho del tema.
-Almafuerte y San Martín.
Decidí no molestarlo más. Sin embargo, él sólo retomó la charla.
-Chispas... Qué mono podrido ese! Lleno de pulgas... Uyyyyyyy mirá este hijo d% p*&*! -sacó medio cuerpo fuera de la ventanilla después de una ruidosa frenada y gritó- la recon%%@! de tu mad$%@ pu*@!!!

Resopló fastidiado, puso primera y arrancamos de nuevo.
-El mono ese una vez me meó el casco... Vos viste como cruzó ese? -me miró por el espejito y recordé las inmumerables escenas de vértigo en las pistas- este país está podrido. PO - DRI - DOOO -dijo remarcando las sílabas- Este país no se levanta más. Así como se maneja así estamos... Este país va camino a la anarquía viejo!

No podía imaginarme que extrañas circunstancias de la vida podían haber transformado al admirable Meteoro de mi infancia, ganador de mil carreras, en este quejoso y malhumorado "loser".
-Pero usted no es japonés? -inquirí.
-Je. Dónde viste un "ponja" con los ojos así redondos?
-Ah.

-Astroboy es mi primo sabías no?
-No. -dije sorprendiéndome de que ahora Meteoro tuviera ganas de comentarme algo.
-Podés creer que se fue a vivir con un tipo? -me dijo como necesitando desahogarse.- Qué bárbaro... tan normal que parecía.
-Usted no sabe como jugaba yo de chico a ser Meteoro!!!
-Mirá vos -me contestó otra vez con menos ánimo que candidato reconociendo la derrota.
-Todavía tengo el auto que me habían comprado... un "Duravit". Se acuerda? Uno de esos que no se rompen nunca.
-Que al pedo este semáforo acá eh! -dijo resignadamente mirando la luz roja.
-Y ahora yo... en este auto... viajando con Meteoro!!!... No lo puedo creer.

"Lástima el auto" pensé. Echaba un humo blanco increíble. Cuando Meteoro ponía tercera vibraba como si estuviera por desintegrarse y el olor a aceite quemado adentro ya me estaba haciendo doler la cabeza.
-Discúlpe pero no se podrá bajar una ventanilla?
-Esto no es Paris, flaco. -me dijo- Fijate si con los dedos podes bajar el vidrio. Porque están todas jodidas. Giró la cabeza y me miró con una singular mueca de "es lo que hay, no pidas más" y noté sus innumerables arrugas alrededor de los ojos. El tiempo lo había castigado con dureza.

-Usted debe haber recorrido el mundo con el Mach 5 no?
-Acá es? -me preguntó deteniendo la marcha e ignorándo completamente mi pregunta.
-Si -dije resignado ante un ídolo frío, agobiado, enfrascado en las pequeñeces del mundo cotidiano.
-Cuánto es?
-Uhhhh... a ver... 6 pesitos.
-Pero Meteoro, es un viaje de 4 pesos como mucho! Son 30 cuadras!
-Si querés quejarte llama a la agencia. A mí no me digas. Vos sabes lo que cuesta hoy un repuesto? Está todo dolarizado!
-Ta bien, no me explique. Yo entiendo, lo que pasa es q...
-No no. La gente dice que entiende pero no entiende nada! Por eso estamos como estamos! Todos quieren el confort. Ventanillas que bajen, puertas que anden bien, etc. etc. pero a la hora de pagar quieren un precio de bicicleta, no de remis!

Ante situaciones así suelo quedarme mudo. Me parece inútil confrontar; discutir no tenía sentido. Le dí los 6 pesos y sin decirle nada más me fuí.
Mientras entraba en casa pude escuchar 2 o 3 explosiones del motor fundido y ví alejarse envuelto en humo blanco a Meteoro.

No sé porque les cuento esto. En realidad prefiero recordarlo en sus épocas de esplendor, ganando carreras y venciendo a cualquier rival.

1 comentario:

Anónimo dijo...

se puede comentar? no encontraba el link.. me desconcentré un poco. Bueno, sólo quería decir que "todo cambia" y por ahí, a veces, uno es el que no. eso es muy loco.

pd: qué gusto da encontrar sitios así. saludos